Su nombre se cree que procede del centauro Quirón, maestro de Aquiles, que según la mitología griega, realizaba curaciones milagrosas. Se utilizan las flores.
Contienen pigmentos antocianicos y flavónicos, un principio amargo (la centaurina o cnicina), taninos y poliinos (compuestos acetilénicos: heptadecatriina) que le confieren acciones: antiinflamatorias, astringentes, antibióticas, diuréticas y estimulantes digestivas.
Se utiliza, sobre todo, en uso externo en caso de afecciones oculares (conjuntivitis, blefaritis, orzuelos, etc). En uso interno se usa en dispépsias, falta de apetito, reumatismos, etc.